domingo, 16 de mayo de 2010

LA CRÍTICA

Robin Hood ***

La verdadera historia jamás contada

Diez años justos han pasado desde la primera y fructífera colaboración entre Ridley Scott y su actor fetiche, Russell Crowe. Sería muy injusto comparar “Gladiator” con este nuevo acercamiento a la figura de uno de los máximos exponentes del folclore inglés. Pero sí es inevitable acordarse de lo bien que otros hace ya bastante tiempo se enfundaron las características mallas verdes del personaje. Desde el porte clásico de Douglas Fairbanks hasta la melena de Kevin Costner, pasando por supuesto por la gracia del pizpireto Robin de los bosques que encarnara Erroll Flynn, todos han salido más airosos de portar la carga del mito que este Russell Crowe que luce el mismo look que en la película que le uniera a Scott hace una década, como si Máximo Décimo Meridio saltara de la arena del coliseo a los bosques de Sherwood cambiando una espada y su casco por un arco y una flecha.

Las comparaciones son odiosas, pero no sale tan mal parado Scott de la hazaña, o por lo menos no deja ese mal sabor de boca que sí dejara su anterior cinta épica, la olvidable “El Reino de los Cielos”. Y puestos a no repetir la historia ya conocida, lo que presenta es una especie de precuela que bien podría visionarse como antesala del filme de Kevin Reynolds “Robin Hood, príncipe de los ladrones”. Una visión del arquetípico personaje pasada por el filtro scottiano –a saber, bastante dosis de violencia y un empeño desmesurado por el efectismo- que nos muestra la supuesta historia que forjó la figura que todos conocemos, aunque nos la hayan vendido como la única posible, como la verdad absoluta.


Muchos se llevarán las manos a la cabeza por el arriesgado giro argumental que propone, pero yo particularmente lo aplaudo. Porque la historia de cómo el hombre llegó a ser el libertador de todo un pueblo oprimido es casi tan creíble, aunque no tan mordaz, como la de esos Robin y Marian de la tercera edad encarnados por Sean Connery y Audrey Hepburn en la película de Richard Lester. El problema no radica en su osadía de reinventar la leyenda, sino en el guión de un Brian Hedgeland, gran guionista por otra parte, que peca en esta ocasión de exceso de ambición. Tal es su afán de pretensión y su deseo de abarcar lo máximo posible que el libreto resulta a veces demasiado confuso y trillado. Cuesta diferenciar a los verdaderos malos de la trama, y cuesta aún más, especialmente durante la primera media hora, seguir los complots palaciegos; y consta además de unos personajes a veces desbidujados, como ese séquito de incorregibles que siguen a nuestro héroe. Incluso la relación entre Robin y la Lady Marian encarnada sin demasiado esfuerzo por Cate Blanchett es demasiado repentina. Pasan rápidamente de llorar la muerte de un ser querido a intercambiar miradas cómplices.


Pero por lo general, el realizador entretiene a la platea con su visión de los hechos, con un malo malísimo con el rostro cicatrizado del ya imprescindible Mark Strong y el paso fulminante, pero que deja huella como siempre, del gran Danny Huston, y con esas batallas bien insertadas en el desarrollo de la cinta, especialmente el desenlace en la playa que nos lleva a acordarnos del desembarco de Normandía trasladado a finales del siglo XXII. Sin embargo, no es la mejor película sobre el personaje y nos obliga a mirar a otro tiempo con nostalgia, cuando la verdadera historia de Robin Hood fue contada.

A favor: el pulso en la narración de Scott y que entretiene, que es lo importante
En contra: un guión quizás un poco ambicioso en sus pretensiones

4 comentarios:

Emilio Luna dijo...

Hola Gerardo!!

Me gusta tu crítica, eres de los pocos que ha tenido un opinión no-negativa. Yo aún no la he visto, pero esta semana cae. Se habla de que la película pierde fuelle a su llegada a Nottimgham. Pese a todo lo escrito y leído tengo fé en Scott.

Yo soy en defensor de El Reino de los Cielos, Montaje del Director, eso sí.

Un abrazo

Ps: Espero que todo vaya bien, socio.

El Cinéfago dijo...

Pues yo opino al contrario: una vez llega a Nottingham empiezo a verle sentido a la peli. En cuanto a "El Reino de los Cielos", no dudo que lo que Scott exhibió en las salas no sea su montaje, porque si no no me explico cómo pudo quedarle semejante bodrio. Saludos, Emilio.

Emilio Luna dijo...

No creo que la versión de cine, fuera un bodrio, quizás un ladrillo sí.

La versión del director es mucho más completa, y pese a que Bloom sigue en pantalla, su personaje al menos es más congruente. Merece la pena su visionado. De hecho al principio del dvd, sale Scott pidiendo perdon por la anterior versión hablando que la que el concibió era esta.

No descartes un montaje del director de Robin Hood. Lo ha hecho en la gran mayoría de sus películas.

Esperaré a ver Robin Hood, para extraer mis propias conclusiones.

Un saludo.

El Cinéfago dijo...

Pues yo particularmente la detesto jaja. Pero habrá que ver el montaje que mencionas.

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